Fue hijo natural de dos nobles solteros, don Melchor de Amescua y Mira, descendiente de los conquistadores, y de Beatriz de Torres Heredia. Estudió primeras letras en Guadix. A los dieciocho años fue a Granada, y en su colegio de San Miguel estudió Leyes y Cánones. En 1600 fue alcalde de Guadix, pero prefirió ordenarse sacerdote en 1601. Le nombraron capellán de la Capilla Real de la catedral de Granada2 en 1609. Posiblemente en 1610 entró al servicio del Conde de Lemos y le acompañó a Nápoles, donde fue miembro de la Academia de los Otiosi. Regresó a España en torno a 1618. Se mantuvo más de diez años en Madrid, donde fue capellán del cardenal-infante don Fernando en 1619, descuidando sus deberes eclesiásticos en Granada, lo que le valió algunos problemas con la jerarquía eclesiástica. Permuta su capellanía granadina por otra en Madrid. Traba amistad con Luis de Góngora, Bernardo de Balbuena (escribió un prólogo a su Siglo de Oro en las selvas de Erifile, novela pastoril), Lope de Vega y Tirso de Molina. Nombrado arcediano de Guadix, se posesionó de su cargo en 1632. Tuvo allí violentos incidentes con sus compañeros de cabildo a causa de su genio en demasía irascible (abofeteó al maestreescuela de la catedral de Guadix). Gozó de una gran fama como escritor y era frecuentemente solicitado como aprobador y prologuista de libros.
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